La casa de Bernarda Alba, en el Teatro Reina Victoria.

Teatro y Flamenco se unen sin barrera escénica para adentrarse en el laberinto de ideas, emociones y cuestiones que habitan en “La Casa de Bernarda Alba”. Una obra imprescindible para los amantes de Lorca. 

Monica Tello, a su vez directora e intérprete del personaje de Bernarda, a aunado a la perfección el teatro y el Flamenco en esta clásica obra. Con una sutileza exquisita nos adentramos entre los muros de la casa de Bernarda Alba para conocer el mundo interior de cada una de sus mujeres, descubriendo un abanico de sensaciones mediante los palos del flamenco. Podeis disfrutar de esta obra todos los lunes a las 20h en el Teatro Reina Victoria


SINOPSIS:

Mujeres de luto encerradas bajo el mando y la tiranía de Bernarda Alba, una mujer viuda de su segundo marido, que no contempla la importancia emocional ni sentimental de sus hijas.

Cada mujer es un palo del flamenco que encarna los sentimientos y pensamientos más íntimos de cada una, con la ausencia de la palabra que potencia sus expresiones. 


Mónica Tello se inspira en la imaginación del poeta sin querer usar su nombre en vano. Según la propia artista, La Casa de Bernarda Alba no sólo encierra a las hijas, sino que también están bajo llave los sentimientos, pensamientos, reflexiones y preocupaciones más íntimos del propio Federico.

Mónica ha querido destacar estas cuestiones a través del flamenco y, por supuesto, de la voz de los personajes, con la intención de profundizar en todo ello y poder percibirlo sin ponerlo en tela de juicio. Una visión arraigada, enérgica y temperamental; una reflexión buscada y pactada por la artista con las palabras de Federico García Lorca.



Nosotros tuvimos el placer de asistir a esta magnífica obra, llena de pasión y arte. Desde el minuto uno, el espectador se traslada a la verdadera casa de Bernarda Alba. El equipo que lleva a cabo la obra consigue esto con sólo seis sillas como atrezzo, vestuario blanco y negro y, únicamente, utilizando el color verde en el vestido y en el abanico del personaje de Adela, un detalle que denota la lealtad y el respeto hacia Lorca. 

Poco a poco, los personajes nos van integrando en el flamenco y en el teatro, creándonos intriga y, a su vez, transmitiendonos un gran cóctel de sentimientos. Y, gracias a esto, se convierte en una obra muy amena, acompañada por música en directo, un gran detalle que no habiamos visto en prácticamente ningún espectáculo, y que crea ambientes en los que te sumerges con mucha facilidad. Pese a ser una obra dramática tiene puntos jocosos muy bien interpretados.


Debe resaltarse la progresión dramática del conflicto principal. A medida que progresa la narración, nos adentramos más en la casa y simbólicamente en las almas de las personas. Cada incidente está perfectamente trabado con el anterior y el siguiente, logrando así un magnífico encadenamiento de la acción. Mónica Tello ha sabido en todo momento transmitir la maestría de Lorca a la hora de estructurar el drama, en cuanto a la fluidez y a la naturalidad de los personajes a la hora de entrar y salir de escena. 

La fusión del diálogo y el flamenco es extraordinaria. Cada personaje habla según su carácter y las réplicas son cortas y vivaces, con lo que adquiere toda la obra un carácter muy real. Esto lo refuerza con la técnica del flamenco, que dota a los personajes de una sensibilidad innata, al elevar sus sentimientos a otro nivel mediante el baile y la actitud, que deja al público boquiabierto. Una obra única, sin duda, y muy recomendable. 


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