7 pecados, el juego celestial de Venatus Ediciones.

En 7 Pecados, el objetivo es conseguir ser el jugador que menos puntos de pecado acumule al final de la partida. Cada carta de pecado tiene asignada una puntuación. Los jugadores que, en un principio, serán santos, irán jugando cartas de tentación sobre las cartas de pecado, sabiendo que aquel que coloque la segunda carta de tentación sobre una carta de pecado tendrá que llevarse el pecado a su zona de juego, convirtiéndose así en pecador. 


Al finalizar la partida, ganará el jugador que no tenga ninguna carta de pecado en su zona de juego, pudiendo haber más de un ganador. En caso de que todos los jugadores sean pecadores, ganará el que menos puntos de pecado acumule en su zona de juego. Si se produce un empate, ganará el que tenga los pecados de menor valor.

Un jugador es pecador si tiene alguna carta de pecado en su zona de juego. Por el contrario, un jugador es santo si no tiene ninguna carta de pecado en su zona de juego.


Preparación:

Se colocan en el centro de la mesa las siete cartas de pecado, de izquierda a derecha, por orden creciente según su valor (de 1 a 7). Se mezclan las cartas de tentación y las cartas de ángel/demonio, formando el mazo de tentaciones. Se baraja y se coloca a la derecha de la última carta de pecado (soberbia). Se reserva un espacio para el limbo, a la izquierda del primer pecado (lujuria). Se reparten dos cartas de tentación y dos puntos de fe (cubos) a cada jugador. 
Comienza la partida el jugador que haya visitado más recientemente una iglesia.


Turno de juego:

En cada turno, un jugador debe robar una carta del mazo de tentaciones y luego jugar una carta de tentación de su mano sobre la carta de pecado correspondiente. De esta forma, las cartas de pecado irán recibiendo cartas de tentación hasta que todas las cartas de pecado estén tentadas, esto es, que tengan una carta de tentación encima. En ese momento, si no ocurre antes en algún pecado concreto, el siguiente jugador que ponga una carta de tentación lo hará por segunda vez sobre un mismo pecado. En ese caso, tendrá que coger el pecado correspondiente, ponerlo en su zona de juego y dejar las dos cartas de tentación, que le hicieron pecar, en el lugar que ocupaba la carta de pecado, en el centro de la mesa.


Los jugadores santos solo podrán robar cartas del mazo de tentaciones. Pero los pecadores, además del mazo de tentaciones, pueden robar una carta de tentación de las de su propio pecado, situadas en el centro de la mesa, y ponerla sobre su carta de pecado. De esta forma tienta su carta de pecado, preparándola para que otro jugador se vea obligado a poner la segunda carta de tentación encima, y se lleve la carta de pecado.

Se puede optar igualmente por no jugar una carta de tentación sobre un pecado y mandarla al limbo gastando un punto de fe. Una vez terminado el turno de un jugador, pasará al siguiente en el sentido de las agujas del reloj. ¡Un juego muy entretenido que nos hará elegir si pecar o no!

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